La instalación CENOTES en Matadero Madrid transforma la sala en un espacio fantástico, en el que los ejes verticales de las columnas dan origen a los Cenotes, que en lugar de estar llenos de agua están poblados de intrincadas geometrías de brillantes colores que surgen de la penumbra circundante, para abrir umbrales que nos conecten con aquel ámbito de lo fantástico, de la imaginación, de lo misterioso. El material con que estos Cenotes están construidos –plastilina- es al mismo tiempo humilde y maravilloso: un material infantil, habitualmente utilizado en simples manualidades escolares, que tiene la propiedad única y extraordinaria de permanecer siempre blando y maleable, sujeto a los efectos del tacto y los cambios de temperatura. Es también un material que encarna el color de un modo no solamente visual sino que físico: es al mismo tiempo imagen y cuerpo que habita el espacio lóbrego del frigorífico para interpelarlo con una presencia transformadora.
La instalación en Matadero Madrid transforma la sala en un espacio fantástico, en el que los ejes verticales de las columnas dan origen a Cenotes, los que en lugar de estar llenos de agua están poblados de intrincadas geometrías de brillantes colores que surgen de la penumbra circundante, para abrir umbrales que nos conecten con aquel ámbito de lo fantástico, de la imaginación, de lo misterioso. El material con que estos Cenotes están construidos –plastilina- es al mismo tiempo humilde y maravilloso: un material infantil, habitualmente utilizado en simples manualidades escolares, que tiene la propiedad única y extraordinaria de permanecer siempre blando y maleable, sujeto a los efectos del tacto y los cambios de temperatura. Es también un material que encarna el color de un modo no solamente visual sino que físico: es al mismo tiempo imagen y cuerpo que habita el espacio lóbrego del frigorífico para interpelarlo con una presencia transformadora.